domingo, 23 de febrero de 2014

El Cacao


El cacao, que se utiliza a lo largo de la historia como una medicina popular, en realidad puede tener beneficios significativos para la salud, según un nuevo estudio realizado por investigadores de Harvard.


Su análisis de 21 estudios con 2575 participantes muestra que el consumo de cacao se asocia con una disminución de la presión arterial, mejora de la salud de los vasos sanguíneos y mejora en colesterol los niveles, entre otros beneficios.


Eric L. Ding, PhD, de la Escuela Médica de Harvard, dice que los beneficios para la salud aparentes provienen de los flavonoides polifenólicos presentes en el cacao que tienen el potencial de prevenir la enfermedad cardiaca. Los flavonoides son antioxidantes que se encuentran comúnmente en frutas, verduras, té, vino y café.



Los flavonoides del cacao buenos para el colesterol


Además de disminuir la presión arterial y mejorar la salud de los vasos sanguíneos, el consumo de cacao rico en flavonoides disminuye colesterol "malo" LDL entre las personas menores de 50 años, y aumentó el colesterol bueno HDL.

Consumo de cacao rico en flavonoides también se vinculó a la reducción de factores de riesgo para la diabetes - un factor de riesgo importante para la enfermedad cardiovascular en sí.


Además, la resistencia a la hormona insulina , que ayuda a regular el azúcar en la sangre, cayó favorable entre las personas que consumían el cacao rico en flavonoides, en comparación con las personas en los grupos de comparación.


Además, el consumo de cacao rico en flavonoides no modificó los niveles de triglicéridos de los participantes del estudio o los hacen obesos. Los triglicéridos son un tipo de grasa en la sangre que se han relacionado con la enfermedad de la arteria coronaria cuando los niveles son elevados por encima de lo normal
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domingo, 8 de enero de 2012

Un can intelectual !!



Una pareja muy especial de Leones



Venado y Gato cariñoso



Perro y Gato juntos !!




Un hermoso caballo negro



Fruta Milagrosa (Synsepalum Dulcificum)

Crece hasta 10 m de altura, en climas cálidos y húmedos, de tierras bajas, sobre suelos ácidos. Su tasa de crecimiento es lenta, toma hasta 10 años en alcanzar madurez en condiciones naturales y un poco menos en cultivo.
Tiene follaje perenne, porta flores blancas durante todo el año; al final de la temporada lluviosa (2 veces por año) produce bayas elongadas, ca. 3-4 cm de longitud, de color rojo profundo.
A éstas se les conoce como fruta milagrosa debido al contenido de miraculina en la pulpa, una glicoproteina que se enlaza a las papilas gustativas y enmascara completamente los sabores ácidos y amargos durante un tiempo prolongado, casi 30 minutos. Esta propiedad le ha dado cierto prestigio culinario en Japon, europa y EUA y ha motivado su empleo como edulcorante substituto del azúcar en alimentos dietéticos para el control de la diabetes y obesidad.

La "fruta milagrosa" o "fruta magica" ha cobrado una gran popularidad en ciudades como Nueva York, donde se organizan "viajes de sabor" (a 15 dólares el "trip"), reuniones donde aficionados prueban diversos platillos y productos después de ingerir la "fruta milagrosa", con el fin de llevar las papilas gustativas al límite.

Mientras la fruta es consumida, la miraculina se esparce sobre toda la lengua y bloquea las partes que pueden reconocer los sabores amargos y agrios. El efecto de la miraculina dura de 30 a 60 minutos, tiempo en el cual los alimentos que se prueban saben con una dulzura añadida.




jueves, 15 de septiembre de 2011

AZÚCAR BLANCA - DULCE VENENO

AZÚCARES

“Todo lo que usted siempre ha querido saber acerca de la Nutrición”. Dr. David Reuben.
Editorial Diana. Páginas 207 a 235. México DF. 1981

¿Se puede considerar el azúcar como un alimento?

Imposible, porque el azúcar blanca refinada, no es un alimento. Es una sustancia química pura, extraída de fuentes vegetales, más pura de hecho que la cocaína a la cual se parece en muchos aspectos.1 Su verdadero nombre es sucrosa o sacarosa, y su fórmula química es C12H22O11. Tiene doce átomos de carbono, veintidós de hidrógeno y once de oxígeno y absolutamente nada más que ofrecer. El azúcar refinada no tiene vitaminas, no tiene minerales2 útiles, no tiene enzimas, no tiene microelementos, no tiene fibra, no tiene proteínas no tiene grasas y no es de ningún beneficio en la alimentación humana. De no ser por todo esto, es buena.

......

1.- ¿Le parece extraña la comparación entre el azúcar y la cocaína? Veámoslo más detenidamente:
1. El azúcar es un polvo blanco y cristalino altamente refinado, también lo es la cocaína.
2. La fórmula química de la cocaína es C17H21NO4. La fórmula el azúcar es C12H22O11. Desde el punto de vista práctico la diferencia es que al azúcar le falta el átomo del nitrógeno.
3. Las dos se derivan de fuentes vegetales comunes.
4. Las dos son sustancias químicas poderosas que producen fuertes efectos físicos y emocionales.
5. Tanto el azúcar como la cocaína producen dependencia psicológica más no adicción.
6. La cocaína no está asociada médicamente con ninguna enfermedad física seria.
El azúcar, en cambio, interfiere en los ataques cardiacos, en la obesidad, en la diabetes, en la insuficiencia renal, en las caries dentales y en la ceguera… sólo para citar unas cuantas.
7. Importar cocaína refinada a Estados Unidos es un delito federal. Importar azúcar refina a Estados Unidos es un delito federal.
8. Una cantidad infinitesimal de hierro presente como una impureza no se puede calificar como “mineral útil”.

Pero entonces ¿El azúcar no es una fuente excelente de energía? Si lo es, pero no del tipo de energía que usted desea. La venta de azúcar es un gran negocio, uno de los negocios más grandes de la industria alimenticia en todo el mundo. Las ventas de azúcar, sólo en estados Unidos, llegan a los quince mil millones de kilos al año; si se vende aproximadamente a cuarenta centavos de dólar el kilo a precio de mayoreo, esto suma sesenta mil millones de dólares anuales. No está mal. Por eso la industria azucarera tiene un batallón de grupos de presión ( perdón ahora se les llama “compañías de relaciones públicas”) para convencer al público de que el azúcar refinada es buena para su salud. Estas organizaciones de vanguardia tienen nombres muy elegantes, como “Seminario para una mejor nutrición”, “Consejo para el aprovechamiento de los alimentos” y otros seudónimos ligeramente confusos. Publican grandes anuncios en los que le dicen al consumidor que el azúcar es la mejor fuente de “energía”.

En la forma en que están redactadas esos anuncios, uno pensaría que el azúcar proporciona esa vitalidad, ese entusiasmo, esa efervescencia, usted sabe, esa ¡ENERGIA!
No, la única energía que proporciona consiste en calorías. Pero no es la culpa de ellos que usted no comprenda bien, ¿verdad? A propósito esa tigresa domada, conocida como la Comisión Federal de Comercio, les ha dado un manotazo a los grupos azucareros, por sugerir que el azúcar refinada es buena. La verdad es que el azúcar lo único que hace es engordar y, todavía peor, si usted se siente cansado y falto de vigor, un terrón de azúcar refinada lo único que hará será hacerlo sentir más aletargado y le provocará un apetito voraz.

¿Cómo es posible que el azúcar nos haga sentir aletargados?

Muy fácil. La sucrosa, o sea, el azúcar blanca refinada, es una combinación de dos azúcares simples, la glucosa y la fructuosa. Existe una enzima en los intestinos conocida como sucrasa que descompone rápidamente la sucrosa en glucosa y fructuosa. La corriente sanguínea absorbe la glucosa y el exceso de ésta se almacena en el hígado. La glucosa es la gasolina del cuerpo y debe existir una cantidad constante de ella para poder realizar cualquier trabajo, como es el funcionamiento de los músculos, los movimientos físicos, la digestión, los latidos del corazón, hasta el acto de pensar. Como resultado, se llevan a cabo una serie de mecanismos complejos en el organismo, para mantener en un mismo nivel. La concentración de la glucosa dentro de la corriente sanguínea. Esta concentración es de un promedio de cien miligramos de glucosa por cada cien mililitros de sangre, lo cual viene a ser, aproximadamente, un gramo de azúcar por cada litro. Si la concentración del azúcar en la sangre sube de este nivel, el páncreas empieza a liberar una sustancia química llamada insulina, para neutralizar la glucosa y bajar su nivel en la sangre. Si la concentración de glucosa en la sangre baja mucho el hígado, donde hay glucosa almacenada, libera este azúcar en forma de una sustancia llamada glucógeno.
Teniendo este mecanismo básico en mente, es fácil darse cuenta de cómo el azúcar refinada afecta al organismo. Digamos que usted ha tenido un día muy difícil en la oficina, y a las tres de la tarde usted se siente exhausto, pero todavía faltan dos horas para salir. Entonces usted recuerda los anuncios de páginas completas que hablan de que “el azúcar es energía”. Usted lo cree y se bebe una taza de café con mucha azúcar y, quizá se devore dos barras de caramelo al mismo tiempo. Acaba de congestionar su organismo con casi cien gramos de azúcar pura y la glucosa de su sangre de repente sube hasta ciento ochenta miligramos por ciento. Se ha ocasionado usted mismo una “diabetes temporal”, o expresado con más delicadeza una hiperglucemia. Usted se siente débil, cansado y totalmente carente de energía. Si tiene suerte, su páncreas empezará desesperadamente a producir insulina, para contrarrestar la sobredosis de azúcar y, en una hora, más o menos, se empezará a sentir mejor. Probablemente habrá gastado un dólar, le habrá extraído a su páncreas su preciosa insulina, y se habrá saturado de setecientas cincuenta calorías que no necesitaba, ni deseaba. Además, la cantidad exagerada de insulina secretada por el páncreas ocasiona que usted empiece a sentir un hambre increíble. ¿Se siente que lo engañaron? Claro que sí.

Pero, ¿Cómo es que el azúcar ha llegado a ser un negocio tan grande?

No siempre fue así. Al principio era tan popular en la alimentación como las lenguas de colibrí, y mucho más cara. En 1300, cuando se introdujo por primera vez en Europa proveniente de la India, medio kilo de azúcar le hubiera costado el equivalente a diez mil dólares. En un gran banquete, probablemente el rey espolvoreaba unos cuantos gramos de la sustancia blanca en sus costillas de cordero. A medida que pasó el tiempo y la producción aumentó, el precio empezó a bajar. Se establecieron plantaciones azucareras gigantescas en las Antillas y se plantó remolacha en Inglaterra. Ya en 1850 el azúcar era barata y existía en abundancia, para envenenar a las masas. En 1975 el azúcar refinada se ha convertido en el adulterante más común que se usa en la mayor parte de la industria procesadora de alimentos.

Espere. ¿Qué quiere usted decir con “para envenenar a las masas” y “el adulterante más común”? ¿No es eso demasiado fuerte? Si quiere la verdad, no es demasiado fuerte. Originalmente el azúcar se usaba como agente dulcificante. Pero desde hace cincuenta años se ha estado usando para adulterar los alimentos. Consultemos el Taber’s Cyclopedic Medical Dictionary en la página A-26 para la definición de “adulterante” : “Es aquello que adultera o debilita una sustancia”. En la mayoría de las harinas preparadas para pasteles y galletas encontrará más azúcar que harina. El helado y todas sus versiones inferiores, entre las leches malteadas, las imitaciones de leches malteadas, las imitaciones de helado, los postres helados, las imitaciones de postres helados, tienen una cosa en común: casi siempre contienen más azúcar refinada que cualquier otro ingrediente, incluso que “crema”. ¿Cómo es eso? Porque el azúcar es el alimento común más pesado que existe. Y es barata. Las harinas preparadas se venden por peso, lo dice en la caja para que uno piense que, si la caja viene a la mitad, lo están engañando a uno (¿no es así?). Una taza de harina pesa cien gramos. Una taza de azúcar pesa doscientos.
Se necesita más o menos cuatro tazas y media de harina para llenar la caja de harina preparada y cuarto de azúcar refinada. Y entonces, la industria de la alimentación vende al mismo precio la mitad del producto. Es una buena utilidad. El azúcar también se usa para adulterar el cereal para el desayuno.
¿Qué le hace pensar eso? El diccionario médico dice que el cereal es “gramos comestibles”. La etiqueta en la caja típica de “cereal” dice “cereal”. La etiqueta en el costado de la caja de uno de los “cereales” que más se venden, admite que éste contiene 49.38 por ciento de “sucrosa y otros azúcares”. Por definición “la sucrosa y otros azúcares” son adulterantes en el “cereal” de caja. ¿Preguntas?.
El azúcar también se usa para adulterar el pan. El “pan blanco enriquecido” que venden en el supermercado contiene alrededor del diez por ciento de azúcar refinada. Su propósito es hacer al producto más dulce y pesado, ya que el pan también se vende por peso. También encubre el sabor horroroso de la harina refinada y de las diversas sustancias químicas que le agregan. Si el pan está “enriquecido” con algo es con azúcar refinada. En esta forma el azúcar se usa para adulterar el pan.
También se encuentra el azúcar como ingrediente prominente en muchos otros alimentos en los que no tienen por qué estar. ¿Cuando usted hace sopa en casa, le agrega azúcar? ¿O a la mayonesa? ¿A las galletas saladas? ¿A las verduras frescas? Los procesadores de alimentos añaden azúcar a todos los productos. El azúcar también es un ingrediente prominente en cada uno de los siguientes alimentos semipreparados, o ya preparados. Crema de cacahuate (maní), alimentos para el bebé, salsa para tallarines, comidas congeladas, pizza congelada, aderezos para ensaladas, algunos cafés instantáneos, postres de gelatina, verduras enlatadas, jugo de tomate, salchichas y esos polvos de colores brillantes que se usan para preparar bebidas con sabor a frutas para los niños.

Pero, ¿el azúcar no es necesaria para endulzar esos productos? Sea usted mismo el juez. Tomemos un producto que la mayoría de los norteamericanos usan por lo menos una vez al día. Tiene varios nombres: “Crema instantánea de origen vegetal para cafés”, “sustitutivo de crema para café” y muchos otros nombres. Si uno no quiere ponerle leche al café, le pone este polvito. Parece leche en polvo, y mucha gente lo usa en vez de azúcar o crema. Usted sabe, quieren ingerir menos calorías. Pero ese es su primer error.
¿Por qué es un error? Consultemos una lista típica de ingredientes: Sólidos de miel de maíz, grasa vegetal, caseinato de sodio, fosfato de potasio, monoglicéridos, aluminato sílico de sodio, trifosfato de sodio, caroteno beta y riboflavina. Esa mezcla podría haber salido del juego de química de un niño, pero eso no es lo que nos importa más ahora. Si usted le pone eso a su café para reducir su ingestión de azúcar se llevará una gran sorpresa, porque básicamente es azúcar. “Sólidos de miel de maíz” es una forma furtiva de tratar de disimular que el ingrediente dominante del producto es una forma barata de dextrosa, conocida también como glucosa. (Por cierto que el “aceite vegetal” o “grasa vegetal” de seguro no es otra cosa que aceite de coco3). Una cucharadita de este producto es más o menos media cucharadita de azúcar y media cucharadita de aceite de coco. ¡Vaya! Las otras sustancias químicas están presentes para evitar que el producto se vuelva color café, o gomoso, o que en alguna forma traicione su vulgar origen ¿Calorías? Más o menos doce por cucharadita, o sea, el doble que si le pusiera leche. La próxima vez que una mesera o azafata le presente ese producto para su café, mejor pídale leche natural.
Se estará haciendo a si mismo un favor. Una rápida revisión a los productos alimenticios más comunes le mostrará lo fácil que es llegar a los setenta y cinco kilos de azúcar, que la mayoría de los norteamericanos consume al año. 4 (Yo nunca tomo azúcar refinada, y probablemente usted tampoco tomará tanta, como antes, cuando termine de leer este capítulo).
Las bebidas de cola proporcionan el ciento por ciento de sus calorías del azúcar que contienen. A veces las madres se sienten culpables y les dan a sus hijos esos concentrados en polvo para preparar bebidas con sabor a frutas. Eso está mejor, solamente proporcionan el noventa y ocho por ciento de las calorías del azúcar que contienen. Los padres que creen en los comerciales de la televisión, en cuanto vieron el anuncio, cambiaron en seguida a las bebidas de naranja que vienen en polvo, sabe a que tipo de bebida me refiero, ¿verdad? Esas, reducen la ingestión de azúcar en los niños a …, noventa y ciento por ciento de las calorías contenidas. Les diré que, si desean reducir la ingestión de azúcar de sus niños, para disminuir el porcentaje de calorías que reciben, es mejor darles una barra de chocolate en el desayuno, en lugar de una de esas bebidas. Con la barra de chocolate solamente ingerirán alrededor de un treinta por ciento de azúcar.
3. Si le sirve de consuelo, yo no creo que lo sea, pero en fin, pronto se forzará a las compañías procesadoras de alimentos a especificar exactamente que tipo de “grasa vegetal” le están poniendo a la comida. Será interesante ver los resultados.
4. A menos que se especifique otra cosa, esta cifra, al igual que todas las otras que se refieran al “azúcar”, se refiere a su vez a todas las formas de azúcar refinada: sucrosa, dextrosa, maltosa, lactosa, etcetera.
5. Sería mejor darle simplemente una manzana o una naranja de verdad. Pero hay que explicarle lo que es, ya que no hay ningún anuncio en la televisión que diga: “Esta es una fruta de verdad. No te hará ningún daño”.
¿Ya está cansado de postes dulces como los bizcochos que se hacen con harina ya preparada? Está bien, cambie a una marca popular de postre de gelatina, ligero, delicioso y con sabor a frutas. Pero no espere ingerir menos azúcar. Bocado tras bocado usted ingiere el doble de azúcar con la gelatina de sabores. La harina preparada para bizcochos contiene alrededor de un treinta y tres por ciento de azúcar. ¡Espero que tenga un páncreas fuerte! ¿Y cómo empezó este negocio del azúcar en todos los productos? Bueno, además de ser barata y pesado, el azúcar es una buena amiga, de los procesadores en muchos otros aspectos. Disimula el sabor de ingredientes inferiores y, a veces, hasta en estado de descomposición. La carne para almuerzo que probablemente uno no podría tomar en otra forma, casi sabe bien cuando se le agrega azúcar. Las cadenas de restaurantes de comidas rápidamente aman el azúcar. La ponen en la carne molida inferior, en los hot dogs, en el pollo frito, en los hot cakes, en las tortas de pescado y en casi todo. Si tienen suficiente azúcar (y sal), la mayoría de los alimentos de rápida preparación saben lo suficientemente bien como para comerlos. Pero el truco más sucio, en lo que se refiere al azúcar, se les juega a los consumidores más inocentes e indefensos de todos.
¿A quienes?
A los bebes. Las compañías gigantescas que elaboran “alimentos” para bebés, saben dos cosas importantes referente a la venta de estos productos. En primer lugar, tienen que hacer que los bebés se coman sus productos. Y eso es un problema. La “comida” para bebés está sobrecocinada, sobreprocesada, es simple y no tiene sabor. Por eso es tan esponjosa, pastosa y espantosa a la vista. Pero el ingrediente secreto es el azúcar. Una buena cantidad de azúcar hace que las verduras, las frutas, y todo lo demás que se prepara para el bebé, sea más aceptable para éste y, particularmente, para la mamá. Si los niños se comen esta pasta salada impregnada de azúcar, que pasa por “alimento” para el bebé, la mamá se siente feliz. Da de comer a su bebé más rápido y fácil y le queda tiempo para sus interminables tareas. Pero existe, además, otra ventaja comercial para agregar azúcar a la “comida” para bebé, lo engorda. Hace setenta y cinco años la tuberculosis era un problema serio de salud, y uno de los síntomas obvios de esta enfermedad era una grave falta de peso. En esa época los niños gordos estaban libres de tuberculosis. Aunque hoy día la tuberculosis está bajo control, a las madres modernas todavía les gustan los bebés gordos. Y los pediatras lo pesan en cada visita y anotan su peso en su registro especial. Los niños que se alimentan con “comida” especial ya preparada, para bebés, son gordos y los bebés gordos producen utilidades. Pero, ¿en realidad los bebes gordos están sanos? No. Los niños delgados son sanos. Los bebés gordos serán adultos gordos. Los adultos gordos tienden a ser adultos muertos. El azúcar no tiene por qué estar en los alimentos del bebé. Y solamente hay otro alimento en el que el azúcar hace más daño, que en los llamadas “alimentos” para bebé.

¿Cuál es? En las fórmulas para lactantes. Sólo existe un alimento nutritivamente adecuado para los lactantes: la leche humana. Es perfecta desde todos los aspectos, tanto para la madre como para el recién nacido. Nada más no hay utilidades de la venta de leche materna, y si las hay, inmensas, en la venta de leches de imitación, conocidas como “fórmulas para lactantes”. Son baratas en su elaboración, duran indefinidamente y se venden a precios muy altos. Engordan a los bebés, le hacen más fácil la vida a la madre y enriquecen a las compañías que las venden pero no son buenas para los bebés.

Pero si no son buenas para los bebés ¿Cómo es que las venden tanto y cómo es que los pediatras las recomiendan? Porque los pediatras no son expertos en nutrición. Son hombres y mujeres bien intencionados que trabajan intensamente, en su diaria lucha contra la enfermedad. La mayor parte de ellos simplemente no tienen el tiempo, o los antecedentes necesarios, para dedicarse a estudiar una mejor nutrición para que los bebés crezcan más sanos. Además, los vendedores de leche artificial les llevan la ventaja. En la actualidad, cuando una madre sale del hospital, en Estados Unidos, le dan gratis una gran caja de leche artificial, para que la madre se la dé al bebé y este se aficione a ella. Una de las compañías internacionales más grandes que elabora “formulas para lactantes”, hasta contrata mujeres vendedoras y las viste como enfermeras, para que recorran las atrasadas poblaciones africanas, diciéndoles a las madres que su leche enfermará a los bebés, y que su única esperanza es comprar la fórmula artificial.
Veamos que contienen estas leches artificiales, para poder juzgar. El ingrediente básico de estas “fórmulas”, es leche de vaca descremada y desecada. El segundo ingrediente, generalmente, es lactosa, un tipo de azúcar refinada compuesta de glucosa y galactosa. El siguiente ingrediente en orden de cantidad es nuestro viejo amigo el aceite de coco. ¡Uf! Ingiera una mezcla de leche descremada en polvo, azúcar y aceite de coco durante el día y comprenderá por qué su bebé la escupe. El resto de la larga lista de vitaminas y minerales artificiales está presente en la mezcla en cantidades infinitesimales. La única razón por la que los bebés beben estas fórmulas, es porque ellos no pueden salirse de la cuna e ir al refrigerador para buscar algo decente que comer. Y, es más, las “fórmulas para lactantes” y los “alimentos” para bebé que contienen sobre dosis de azúcar predisponen a los chicos a cosas peores.

¿A qué cosas?
A una vida de adicción al azúcar. Una vez que el sabor de los alimentos endulzados en extremo queda grabado en el paladar del niño, permanece ahí para siempre. El niño promedio norteamericano consume al año más de diez kilos de dulces y caramelos, casi quinientas botellas de bebidas endulzadas y doscientas piezas de chicle para mascar endulzado. La mayoría de los adultos no ingieren nada que no esté muy azucarado, desde vino, cerveza y cocteles, hasta bocadillos, refrigerios y verduras congeladas. (Si, la cerveza contiene mucha azúcar, se llama maltosa). Estas son malas noticias para todos, excepto para los que venden azúcar. Uno de los aspectos de estas malas noticias son las caries dentales. El costo de los tratamientos dentales actualmente, en Estados Unidos, llegan a seis millones de dólares. Y la tasa de dientes cariados aumenta tan rápido, que si los dentistas del país trabajan veinticuatro horas diarias, durante los siete días de la semana, tapando dientes cariados, al final del año habría la misma cantidad de dientes esperando ser tapados, que los que había al principio del año. Viéndolo de otra manera, en cada cien hombres que entran al servicio militar en Estados Unidos, los dentistas militares tapan seiscientos dientes, hacen ciento doce extracciones y colocan cuarenta piezas dentales postizas. La causa principal de las caries dentales, la constituye el azúcar refinada en la alimentación.
¿Qué lo hace estar tan seguro de eso?
Solamente eche una ojeada a las revistas médicas y estará tan seguro como yo. El gobierno inglés hizo uno de los estudios dentales que se consideran clásicos, en las islas de Tristán da Cunha, en medio del océano Atlántico, entre Africa y Sudamérica. Debido a su aislamiento durante tantos años, los nativos de las islas subsistían a base de pescado y papas. No consumían azúcar refinada y los dentistas oficiales de la Marina Inglesa los revisaban periódicamente. En 1938 no se encontró ningún primer molar cariado en los residentes que tenían menos de veinte años, en toda la isla. En 1962, los nativos de las islas ya tomaban medio kilo de azúcar por persona a la semana, más o menos una tercera parte de los que toma un norteamericano en promedio. Entonces, la mitad de los nativos tenían caries.
Pero ese es solo un ejemplo ¿no es así? Si, pero ¿quiere algunos más? Existen más de cien estudios, casi iguales, llevados a cabo en Ghana, Sudáfrica, Estados Unidos, Inglaterra, Austria, Suecia, Noruega y en otras dos docenas de países. En todos los casos los resultados han sido los mismos: el azúcar refinada produce caries dentales, muy rápido.
¿Cree usted que tiene sentido gastar cientos de millones de dólares en agregar al agua, y a las pastas dentales, pequeñas cantidades de una sustancia química venenosa, el fluoruro cuando satura su boca con tales cantidades de azúcar, que dañan la dentadura?
Hay una solución más segura y efectiva: dejar de ingerir azúcar refinada. Y dejar de darle a los niños alimentos adulterados con azúcar. Por cierto, ¿qué tomaron hoy en el desayuno? ¿No sería uno de esos cereales azucarados, de marca reconocida a nivel nacional, con todo ese blablabla nutritivo en la etiqueta? Una de las compañías que hace uno de esos cereales dice: “Somos serios cuando se trata de nutrición”. Su suculento producto cubierto de azúcar contiene tres dulcificantes diferentes y, según sus cálculos, contiene un 56.45 por ciento de “sucrosa y otros azúcares”. Sumemos a esta la cifra que ellos dan de “almidón y carbohidratos”, 31.75 por ciento y tenemos un cereal ( ? ) que consiste en 88.2 por ciento de almidón, azúcar y carbohidratos refinados ¿Serios cuando se trata de nutrición? También hay otro pequeño problema cuando se ingiere tanta azúcar.

¿Cuál es?
Que le puede causar a uno la muerte. No hay duda de que la diabetes mellitus, conocida como “diabetes de azúcar”, es ocasionada por el consumo excesivo de azúcar refinada y, en menor grado, de carbohidratos refinados. Veamos en qué consiste la diabetes, para ver qué papel juega el azúcar en su origen. Cuando se consume azúcar refinada, y ésta penetra en el torrente sanguíneo, el páncreas produce una sustancia química llamada insulina, que regula el nivel del azúcar en la sangre.
La insulina tiene efectos inmediatos en la reducción del nivel de azúcar en la sangre, para proteger a los órganos vitales, incluyendo al cerebro, de una sobredosis de azúcar.
Una cantidad excesiva de azúcar en la sangre puede ocasionar un padecimiento que se conoce como coma diabético, el cual puede producir daño rápido y permanente en el cerebro y, después la muerte. Una cantidad excesiva de insulina, puede provocar un choque insulínico, que también puede producir daño cerebral y la muerte. Por eso el pobre diabético, durante toda su vida, oscila entre el como diabético y el choque insulínico. Y todavía peor, los diabéticos y sus parientes tienen que aceptar la realidad, no importa lo desagradable que sea, si quieren tener una oportunidad para superar su enfermedad. La diabetes, para un gran número de personas que la padecen, significa una vida llena de gastos astronómicos, de terribles sorpresas desagradables y de una muerte prematura.

No importa el cuidado con que controle su dieta, no importa la constancia con que tome su insulina, el diabético puede adquirir una grave infección a partir del más leve rasguño, o puede empezar a sufrir gangrena en dedos de manos y pies, así como en otras partes del cuerpo, sin previo aviso, teniendo que sufrir su amputación. Es extremadamente vulnerable a la presión sanguínea alta, existe una tasa inmensamente elevada de ataques cardiacos entre los diabéticos y también la posibilidad de que queden ciegos parcial o totalmente. La insuficiencia renal es otro peligro serio que corren los diabéticos. Muchos diabéticos varones pueden esperar una impotencia sexual total y permanente, la cual todavía no es curable, ni existe tratamiento para ella. Hasta la tuberculosis ocurre dos veces más entre diabéticos que entre los que no lo son. Y la medicina “moderna” no tiene otra cosa que ofrecer al diabético que una receta para una jeringa, una aguja y un frasco de insulina. El médico prescribe una dieta, que ninguna persona normal podría seguir, y le da otra cita para el mes siguiente. Este tratamiento es el que ha enriquecido fabulosamente a los pocos laboratorios que producen la insulina y, al mismo tiempo, ha convertido en adictos a la insulina a los doce millones de diabéticos que se calcula que hay en Estados Unidos.

Pero ¿por lo menos la insulina ayuda al diabético a vivir más?
Quizá sí, en casos individuales. Sin embargo las estadísticas no apoyan eso. En 1900, de acuerdo con informes de las compañías inglesas de seguros de vida, la diabetes ocupa el vigesimoséptimo lugar, como causa de muerte. La insulina se empezó a producir comercialmente en 1922. En 1950, la diabetes ocupaba el tercer lugar, como causa de muerte. ¿Se deberá esto, quizá, a que otras enfermedades se empezaron a controlar más, y la diabetes siguió reclamando vidas? No es muy probable, porque, en 1900, la tasa de mortandad por diabetes en Estados Unidos era de 12.2 por 100000 habitantes. En 1971, casi tres cuartos de siglo de “progreso” más tarde, la tasa de mortandad por diabetes era de 18.5 por 100000 habitantes. A pesar del tratamiento “ moderno ” para la diabetes, a pesar de la insulina, la tasa de mortandad por diabetes ha aumentado en un ¡cincuenta y dos por ciento en los últimos setenta años!.

Pero aunque el diabético sobreviva mucho tiempo, su enfermedad es muy cara. El diabético en promedio gasta, por lo menos, diez dólares al mes en insulina, agujas y jeringas. Una visita mensual al médico, junto con pruebas de laboratorio, le cuesta un mínimo de treinta dólares mensuales. Con que tenga una sobredosis de insulina, o una deficiencia de ésta al año, la hospitalización le cuesta otros mil dólares. Por lo tanto, si los diabéticos de Norteamérica solamente gastaran la mitad de esa cantidad, o sea, alrededor de setecientos cincuenta dólares al año, la suma alcanza la cantidad de nueve mil millones de dólares anuales.

Se han elaborado medicamentos antidiabéticos orales, pero no han sido muy efectivos, y ya se han retirado apresuradamente del mercado uno o dos de ellos. Pero existe una manera para mejorar la salud del diabético que no cuesta un centavo y que, en realidad, lo puede ayudar a superar con demasía su enfermedad. ¿Cuál es ? Bueno, en primer lugar tenemos que comprender que la diabetes no es simplemente una deficiencia de insulina. De hecho el diabético tiende a tener más insulina que lo que uno esperaría. La diabetes es el resultado del agotamiento del páncreas debido a una constante sobredosis de azúcar refinada y carbohidratos refinados. Existen tantas pruebas de esto que es increíble que se haya pasado por alto durante tanto tiempo. El resultado que viene a continuación es la evidencia científica, incontrovertible, que establece a la diabetes como el resultado del agotamiento pancreático, debido al consumo excesivo de azúcares (y carbohidratos).

a. La diabetes es casi desconocida en los países no industrializados (incorrectamente llamados “primitivos”), que casi no consumen azúcar y carbohidratos refinados.
b. Tan pronto como las poblaciones de estos países empiezan a consumir azúcar y carbohidratos refinados, la diabetes empieza a tomar auge. Generalmente, existe un periodo de veinte años a partir del principio del consumo de azúcar refinada, hasta la incidencia en gran escala de epidemias de diabetes.
c. Como corolario al inciso número 2, el periodo latente en el individuo promedio, también es de veinte años empezando con el consumo fuerte de azúcar en la niñez.
d. Se ha empleado mal la creencia de que la diabetes tiene un componente hereditario, para insistir en que la cantidad de azúcar refinada que se ingiere, no tiene nada que ver con la enfermedad. Eso no es verdad. Escuchemos lo que dicen libros de referencia aceptados como es The Merck Manual of Diagnosis and Treatment:
“A pesar de que desde hace mucho tiempo se ha reconocido la existencia de un componente genético en los diabéticos, la forma en que éste se puede heredar todavía no se ha definido. Los datos epidemiológicos se inclinan más hacia un patrón autosómico recesivo, aunque no queda excluido un modelo hereditario multifactorial”.
¡Uf! Es tranquilizante. En realidad, puse a mis mejores traductores a trabajar en este manifiesto y así es como quedó en lenguaje accesible: “Los médicos han notado que la tendencia hacia la diabetes se repite dentro de la misma familia, pero no saben exactamente cómo sucede esto. Después de revisar y estudiar a muchos diabéticos parece que los genes recesivos tienen algo que ver, pero nadie sabe en realidad qué es lo que pasa”.
Está bien, regresemos a la realidad. Si los padres consumen mucha azúcar, el hijo que se sienta a la mesa con ellos también la consumirá en grandes cantidades. Todos tenemos un organismo diferente, y un páncreas diferente, por eso algunas personas pueden asimilar más azúcar que otras. Pero si mamá y papá le dan a su bebé una fórmula láctea que contiene más de la mitad de azúcar y lo crían con “alimento” para bebes que ya viene preparado, las probabilidades de que ese niño padezca diabetes cuando crezca son mayores. Y si después sigue tomando “cereal”, del que ya hemos hablado, que contiene 56.45 por ciento de azúcar, ¿qué le espera al pobre niño?
Se han llevado a cabo estudios científicos meticulosos y responsables, en los que se han rastreado los orígenes de la diabetes en razas que, alguna vez, se encontraron totalmente libres de dicho padecimiento, y se ha llegado al momento en que su consumo de azúcar refinada empezó a aumentar. Estos estudios abarcan las siguientes naciones: Islandia, Israel, Sudáfrica, la India, Trinidad, los esquimales de Canadá, los esquimales de Groenlandia, Bangladesh, los indios cheroquíes, Yemen, Nueva guinea, Polinesia y varias docenas más.

En cada caso los resultados fueron idénticos: virtualmente cero diabetes hasta que el grupo empezó a consumir azúcar refinada en grandes cantidades, de treinta y cincuenta kilos al año, o sea, un poco menos que lo que consumen los norteamericanos.

e. Un experimento opuesto a éste se llevó a cabo en la Primera y Segunda Guerras Mundiales. Era muy difícil obtener, en esas épocas, azúcar refinada y carbohidratos refinados y, tanto la tasa de incidencia como la tasa de mortandad de la diabetes, disminuyeron impresionantemente. Si la diabetes es una enfermedad hereditaria, ocasionada por la falta de insulina, ¿Cómo es posible que simplemente privándose de azúcar y carbohidratos refinados, se cure la diabetes que se supone proviene de los tatarabuelos?.
6 Ese polvo blanco cristalino, llamado azúcar, ha ocasionado más sufrimientos y muertes en la raza humana que el polvo blanco cristalino, llamado cocaína. Si uno vende un kilo de cocaína, se convierte en criminal y tiene que pagar una pena de veinticinco años de cárcel. Si uno vende un kilo de azúcar se convierte en tendero, y se va dos semanas a Miami, durante el invierno. 6. En 1949 apareció un extraño artículo en una revista médica inglesa, que sugería que la causa de la diabetes era una cantidad exagerada de grasa en la dieta. El autor hacia sus razonamiento basándose en que durante las guerras también las grasas eran difíciles de obtener, mientras que los carbohidratos todavía abundaban en la alimentación. El pasaba por alto un hecho vital: los únicos carbohidratos que se podían obtener durante las guerras eran carbohidratos no refinados de alta fibra, los cuales no producen diabetes. Pero ¿no nos dijo usted que iba a decirnos como prevenir la diabetes y cómo mejorar la salud de los diabéticos? Seguro. Pero antes déjeme hacer una importante aclaración este libro no intenta dar consejo o sugerir tratamientos.
La diabetes mellitus es una enfermedad seria, que requiere de la constante supervisión de un médico calificado y experimentado en el tratamiento de esta enfermedad. (Además de la importancia que tiene esta aclaración, la editorial insistió en que la hiciera para evitar que algún chiflado la demande. Yo creo que esto estimula a los tontos a demandar, porque el lenguaje legal estimula los reflejos en cualquier parte, hasta en un libro sobre nutrición).
Bien, ahora regresemos a nuestro asunto. En primer lugar, para salvar a sus niños de la diabetes vaya a la despensa de su cocina y tire todo lo que contenga azúcar refinada. Lea las etiquetas y si encuentra cualquiera de estas palabras tire el recipiente y el contenido; sucrosa, fructuosa, glucosa, maltosa, lactosa, galactosa, miel de caña, miel de maíz, azúcar de maíz, azúcar invertida, dextrosa y cualquier otra cosa que sugiera azúcar refinada. Deshágase de la mayonesa, de la salsa catsup, de todos los refrescos, de todos los cereales para el desayuno que contengan azúcar, de todos los “pays” comerciales, pasteles, dulces, galletas, bocadillos y postres de gelatina comerciales, y de todo aquello que sea fuente oculta de azúcar refinada.
Tire todo el pan blanco de imitación, a menos que el vendedor pueda certificar que no contiene azúcar de ningún tipo. (¡Buena Suerte!). En resumen, que su hogar quede lo más libre posible de azúcar refinada. Al final de este capítulo mencionaremos el tipo de dulcificantes que se pueden usar sin correr riesgo . Después, siga el mismo procedimiento con respecto a todo tipo de carbohidratos refinados. Deshágase de todo lo que contenga harina blanca refinada. Tire el arroz blanco, la harina blanca y las pastas de harina refinada, aunque sean de color amarillo. También los tallarines y los macarrones blancos, y cualquiera de las cincuenta variedades de pastas, que puede haber en casa. Puede consultar el capítulo acerca de los carbohidratos para mayores detalles.
Pero, ¿no es eso desperdiciar la comida?
Si no hace eso, la “comida” lo va a desperdiciar a usted. Hablando honestamente y objetivamente, usted solamente está tirando falsificaciones de alimentos que han sido adulterados con sustancias que no son buenas para su organismo. Sé que se siente tentado de darle eso a los pobres, pero no lo haga, a menos que tenga algo en contra de ellos. Y sobre todo, no se lo de al perro. Por una razón, la basura refinada que está usted tirando, probablemente no llena los requisitos que el Departamento de Agricultura de Estados Unidos establece para los alimentos para animales. Y se puede meter en problemas. Y por otra razón, siendo los perros lo que son, el suyo probablemente se lo comerá, y usted no quiere que enferme ¿verdad?. Después de que haya restaurado la razón y la cordura en su cocina, establezca una dieta de alta fibra para su familia

¿Tiene usted pruebas de que esta dieta ayuda a prevenir la diabetes?
Bueno, definitivamente no ocasionará diabetes. Y, basado en evidencia científica abrumadora, es la única y más efectiva medida que puede uno tomar para proteger a sí mismo y a su familia contra esta terrible enfermedad. Desde luego que ya ofrecen páncreas artificiales a diez mil dólares, más la instalación y el mantenimiento, pero tampoco eso es la solución. Si usted ya es diabético, dígale a su médico que estudie las nuevas e importantes técnicas de tratamiento para la diabetes, junto con una dieta alta en carbohidratos y de alta fibra. En realidad, solo consiste en darle al diabético una dieta normal, compuesta de carbohidratos no refinados y mucha fibra. En esta dieta no se consume azúcar, que es más de los que se puede decir de las dietas oficiales para diabéticos. ¿Quiere usted decir que las dietas usuales para diabéticos contienen azúcar? Si, y mucha. La Asociación Norteamericana para Diabéticos, proporciona una serie de dietas, 7 que casi todos los médicos del país que tratan la diabetes usan. Si es usted diabético, probablemente su médico le dará una dieta de dos mil doscientas calorías, que le permitirá tomar diez porciones al día de los siguientes platillos: helados, bizcochos, pan blanco (diez por ciento de azúcar ¿recuerda?), las galletas “graham” y pan de maíz.
Todos estos alimentos contienen mucha azúcar refinada. Estos mismos artículos contienen abundancia de carbohidratos refinados, incluyendo también las galletas saladas de todo tipo , macarrones, pastas, tallarines, “cereal” para desayuno y puré de papas
. Algunos de estos últimos alimentos también contienen una buena dosis de azúcar. Además, esa famosa dieta para diabéticos permite tomar ocho porciones al día de mayonesa o aderezo francés para ensalada, todos ellos conteniendo más azúcar refinada que la que un diabético debe tomar. Pero eso no es todo. La misma dieta incluye ocho porciones al día de alimentos como salami, fiambres, jamón y hot dogs, todos con un alto contenido de azúcar refinada. Uno puede terminar con crema de maní, que generalmente tiene una buena cantidad del mismo polvo cristalino blanco, el cual puede significar la muerte para el diabético.

Pero entonces ¿la insulina no contrarresta esa azúcar? No. La insulina simplemente evita que el azúcar proveniente de la dieta, no se acumule en el torrente sanguíneo ocasionándole una muerte inmediata a la persona. Ninguna dieta que proporcione cantidades exageradas de azúcar refinada al organismo afectado de una diabético, le hace ningún bien.
7. Krause M. V., Food Nutrition, and Diet Therapy, filadelfia W. B. Saunders Co., 1969, pág. 302. Otro enfoque mucho mejor, sería eliminar toda el azúcar refinada de su dieta, así como todos los carbohidratos. En esta forma la poca insulina que el páncreas dañado todavía pueda producir, será suficiente para asimilar, el azúcar, sin la necesidad de la inyección de insulina embotellada, extraída del páncreas de animales muertos.
El tratamiento diabético de la diabetes, se basa en el hecho de que el diabético puede producir hasta el sesenta por ciento de la insulina que necesita. Si se le dan carbohidratos sin refinar su páncreas dañado podrá hacer su trabajo más o menos bien. Pero si se le abruma con helado, bizcocho y galletas saladas no tendrá oportunidad de hacerlo. Es como pedirle a alguien que mueva doscientos cincuenta kilos de un lado a otro de la habitación. Si trata de hacerlo de una sola vez se puede rasgar un músculo, elevar su presión sanguínea, provocarse una hernia y quizá hasta un ataque cardiaco. Pero si mueve doce kilos cada vez, no hay esfuerzo. Muchos diabéticos pueden hasta asimilar carbohidratos no refinados, en cantidades razonables, si además consumen cantidades generosas de fibra. En algunos experimentos una dieta de alta fibra con carbohidratos no refinados ha permitido a algunos diabéticos dejar la insulina por completo, y a otros, reducir enormemente la cantidad necesaria de ella.
a. La diabetes es una enfermedad común, cuya incidencia va en aumento en los países industrializados, ésta se relaciona directamente con el consumo de azúcar refinada y de carbohidratos refinados.
b. La diabetes es una enfermedad virtualmente desconocida en las sociedades que no consumen azúcar refinada o carbohidratos refinados.
c. Las personas pertenecientes a dichas sociedades que empiezas a ingerir grandes cantidades de azúcar y de carbohidratos refinados también empiezan a padecer de diabetes. d. La insulina no es una cura para la diabetes. La insulina ni siquiera es un tratamiento efectivo para la diabetes. La insulina les da a los diabéticos, y a los médicos, la peligrosa ilusión de que pueden tomar azúcar y carbohidratos refinados, sin dañarse a si mismos.
e. Las pruebas han demostrado que las dietas de alta fibra, libres de azúcares refinados o de carbohidratos refinados, pueden disminuir o eliminar la necesidad de insulina en los diabéticos.
f. La mejor forma de prevenir la diabetes es seguir el ejemplo de las llamadas sociedades primitivas, y eliminar lo más completamente posible el azúcar refinada y los carbohidratos refinados de la dieta, y especialmente de la dieta de los niños.
g. El logro más impresionante de los tratamientos “modernos”, para la diabetes, es que la tasa de mortandad ha aumentado en ¡un cincuenta y dos por ciento en los últimos setenta años! Pero hay algo peor que esto. En 1900 no había antibióticos, ni hospitales modernos. No existía la prueba de la orina para el azúcar, no había computadoras médicas de millones de dólares y no había superespecialistas en diabetes. Generalmente, un simple rasguño, o una uña enterrada del pie, eran motivo suficiente para mandar a un diabético a la tumba.
Hoy día tenemos todo, incluyendo la insulina, y mueren un cincuenta por ciento más de diabéticos, que al principio del siglo. ¿Qué podrían ser los bizcochos y las galletas saladas?
¿O podría ser la insulina?.
h. Detrás de la tasa de mortandad tan astronómicamente alta de la diabetes, se encuentran cifras todavía más impresionantes, ya que la mayoría de los diabéticos mueren de infartos, de insuficiencia renal y de ataques cardiacos, ocasionados por la misma enfermedad.

8. Kiehm T.G., Anderson J. W.. y Kyleen, W., Efectos benéficos de una dieta de alto contenido de fibra y de alto contenido de carbohidratos para hombres diabéticos hiperglucémicos. American Journal of Clinical Nutrition. Pero, ¿El azúcar refinado no tiene por lo menos algún valor alimenticio? Aquí tenemos las cifras y las proporciones directamente de los archivos del Departamento de Agricultura de Estados Unidos. La comparación se hace entre treinta gramos de azúcar refinada granulada y treinta gramos de melaza, miel de caña, pilón, piloncillo, panela o chancaca. Se usa la melaza, porque el azúcar no refinada o azúcar morena, llamada equivocadamente “azúcar cruda”, se considera contrabando en Estados Unidos. Pero, en realidad, el azúcar morena tiene aún más valor nutritivo que la melaza Considere el cuadro que se adjunta más abajo. Minerales en Azúcar Refinada y Miel de Caña (1, 3)
Minerales
Azúcar :Calcio cero; Fósforo cero; Hierro cero ; Potasio 0.85 : Sodio 0.28 . Vitaminas: Tiamina 0; Riboflavina cero; Niacina.
Miel de caña: Calcio 195 mgrs.; Fósforo 24 mgrs.; Hierro 4.6 ; Potasio 836 mgrs.; Sodio 27 mgrs.; Vitaminas: Tiamina 0.3; Riboflavina 0.5 Niacina 57 mgrs.
Ahí lo tienen, amigos. Cuando comen azúcar no están comiendo nada.

9. No se deje engañar por los valores del sodio y del potasio. Son las sustancias químicas más comunes sobre la tierra, se encuentran en todo. Hasta esta hoja de papel tiene más sodio y potasio que medio kilo de azúcar refinada.
Pero el azúcar morena tampoco parece tener mucho en lo que respecta a nutrientes ¿no es así?
Lo que tenga, lo tiene porque el Creador lo puso en ella, y puede estar seguro de que están presentes otros elementos nutritivos que todavía tienen que descubrir nuestros insignificantes intentos de investigación científica. Y no desprecie ese medio miligramo de niacina natural pura en cada treinta gramos, o esos ciento noventa y cinco miligramos de calcio orgánico, o esos veinticuatro miligramos de fósforo, o esos 4.6 miligramos de hierro.
Uno obtiene todo eso por nada, ayuda en la digestión del dulcificante y es más de lo que se obtiene de esa basura que es el azúcar refinada.
¿Por qué no se puede conseguir azúcar morena en Estados Unidos?
Porque el azúcar morena se vendería a un precio más bajo que el azúcar blanca, con apariencia de cocaína, y eso no es bueno para la economía. En los libros de texto, acerca de nutrición, se encuentra una afirmación atemorizante, que el azúcar “cruda” es “sucia”, que está llena de tierra e insectos y de otras cosas horribles. Desde luego, esto es por la forma en que las compañías azucareras la manejan y la transportan. Ellos la podrían limpiar y después venderla. El azúcar morena se vende en doscientos países en todo el mundo, y la gente que la consume está más sana que los niños de aquí. Pero existe otra peculiaridad en la ley norteamericana, al mismo tiempo que el azúcar morena no se puede vender, el azúcar refinada tampoco se puede importar. Esto es porque el azúcar refinada importada es más barata, que el azúcar refinada norteamericana, y a los ingenieros azucareros de Estados Unidos, les gustan las utilidades. A finales de 1977, éstas no fueron malas; dos de los ingenios azucareros más grandes de Estado unidos, alcanzaron el doscientos cincuenta por ciento, y el mil ciento veinte por ciento. 10 10. Amstar and Great Western United.
Si el azúcar refinada es tan mala, ¿por qué no enriquecerla? Mmmmmm. Ya entiendo. ¿Cómo la harina blanca “enriquecida”. O el arroz blanco “enriquecido”? Primero se gastan millones de dólares al año para quitarle todo rastro de valor alimenticio al azúcar, y después gastan más millones de dólares para agregarle algunas vitaminas inferiores. Poner en la etiqueta “enriquecida” y recuperar todo el dinero, o más, de lo que pagan las pobres mamás y los pobres papás, que quieren que sus chicos crezcan sanos y fuertes. En la década de los años sesenta, se hizo un débil intento por enriquecer el azúcar. Una pequeña compañía azucarera le agregó yodo, hierro, algunas vitaminas del complejo B y algo de vitamina A. Pero ese guardián de la salud de nuestra nación, la Dirección de Alimentos y Medicamentos, actuó rápidamente. Confiscó el azúcar, declaró que estaba marcada falsamente y llevó ante los tribunales a los que la habían “enriquecido” 11 El azúcar “enriquecida” salió del mercado rápidamente. Pero, mientras tanto, siempre existe otra nueva fuente de azúcar por descubrir. Si uno fuma, infiere gran cantidad de azúcar que contiene el tabaco, aunque no lo diga en la etiqueta (los diabéticos, tomen nota). La mayoría de los cigarrillos contienen un cinco por ciento de azúcar, los puros contienen un veinte por ciento y el tabaco para pipa puede llegar a tener hasta cuarenta por ciento de dulcificantes. En lugar de fumar el tabaco, ¿por qué no espolvorearlo sobre el cereal por las mañanas? (Respuesta: porque probablemente el cereal ya tiene demasiada azúcar). 11. La acusación de “falsificar una marca” es una especialidad de la Dirección de Alimentos y Medicamentos. De acuerdo con información que recibí, en una tienda de nutrición había varias copias de mi libro The Save-Your-Life Diet en uno de los estantes y a menos de seis metros había un anuncio de salvado. La Dirección de Alimentos y Medicamentos alegó que mi libro estaba “falsificando la marca” de salvado, o que el salvado estaba “falsificando la marca” de mi libro, no recuerdo. Parece que los seis metros constituyen la distancia mágica, como los treinta centímetros en que las chaperonas insistían que las parejas que bailaban debían dejar entre sí. No sé si quemaron mis libros o quemaron el salvado, pero si lo que querían era una copia gratis, lo único que tenían que hacer era pedírmela. Ah si, supongo que si este libro se pone a la venta a seis metros de cualquier producto alimenticio la Dirección hará otra fogata. Mmmmm.

Bueno, si el azúcar es tan horrible ¿qué tal los dulcificantes artificiales? ¿Como los ciclamatos? Buena suerte. En un arranque de cordura el Congreso Norteamericano elaboró una medida llamada: “Enmienda a los aditivos alimenticios”, que contiene una sola oración que debería salvar millones de vidas. Se llama la “Cláusula Delaney” y dice así: “Ningún aditivo se puede considerar seguro si se encuentra que induce al cáncer cuando el hombre o los animales lo ingieren o si se encuentra, después de las pruebas apropiadas para la evaluación de la seguridad de aditivos alimenticios, que induce al cáncer en hombres o en animales”. Las principales compañías alimenticias han lanzado una campaña masiva en contra de la Cláusula Delaney, porque les gusta poner en los alimentos cosas que producen cáncer. Pero, ¿esa no es una afirmación irresponsable?
No. El dietilestilbestrol ocasiona cáncer en las humanos y en los animales de laboratorio. El número 2 rojo ocasiona cáncer en los animales de prueba. Los ciclamatos ocasionan cáncer en los animales de laboratorio. Entre estos aditivos alimenticios menos conocidos, pero igualmente letales están:
El aceite de cálamo (un saborizante): cáncer en los intestinos.
El safrol (un agente saborizante): cáncer en el hígado.
La tiourea (un preservador): cáncer en el hígado
El dietilpirocarbonato (un preservador para las bebidas): cáncer
Todos estos aditivos estaban presentes en los alimentos en cantidades peligrosas, todos ocasionan cáncer. Algunos de ellos finalmente, ya no se agregan a los alimentos, pero sólo después de una gran batalla contra los procesadores de alimentos y contra los vendedores de éstos. Existen casi cinco mil sustancias químicas exóticas que se le agregan a los alimentos en la actualidad y, muchas de ellas, son sospechosas de ser posible causa de que el consumidor termine sus días en un hospital para cancerosos. Ahora que se han eliminado los ciclamatos, aunque los elaborados de alimentos todavía pelean por volverlos a usar, el principal dulcificante artificial en Estados Unidos es la sacarina. En 1879 Constantin Fahlberg e Ira Remsen descubrieron la sacarina. Proviene del alquitrán de hulla, una sustancia negra pegajosa y de consistencia gomosa que se deriva del carbón mineral. (por cierto, esos colorantes artificiales que producen cáncer también provienen del alquitrán de hulla). En 1907, bajo la presidencia de Teddy Roosevelt, se estableció la Junta de Inspección de Alimentos y Medicamentos (la precursora de la Dirección de Alimentos y Medicamentos). El doctor Harvey Wiley fue el primer director, y su primer acto oficial fue prohibir el uso de la sacarina en los alimentos, por ser una sustancia química peligrosa.
Si se prohibió, ¿cómo es que mi bebida dietética tiene sacarina?
Gracias al testarudo Teddy Roosevelt, quien, cuando supo que la sacarina quedaba prohibida, montó en cólera, pues siendo un poco regordete, le gustaba usarla en su café. Por lo que nombró una comisión, para que volviera a evaluar el peligro de la sacarina. Y adivine quién estaba en la comisión. Un pequeño hombre llamado Ira. Remsen, el padre de la sacarina. Desde luego, se podía predecir que la comisión iba a decidir que no había peligro en el uso de la sacarina, y por eso se encuentra en todo. Pero probablemente no se encuentre en todo durante mucho tiempo más, porque en Canadá, donde aparentemente a la gente no le gusta la idea de morir de cáncer, revisaron las historias médicas de las personas que usaban sacarina. Después de estudiar a un grupo de cuatrocientos ochenta hombres, los investigadores llegaron a la conclusión de que los consumidores de sacarina tenían ciento setenta por ciento más de probabilidades de padecer cáncer, que los que no lo consumían. Eso parece ser lo que trata la Cláusula Delaney, ¿no es así? De cualquier modo, yo no consumo sacarina. No se la doy a mi familia y le digo a todos los que aprecio que no la usen. Usted fórmese su propio criterio. Entonces, ¿qué tipo de dulcificante es bueno y seguro?
Esta no es una pregunta difícil de contestar basados en lo que ya sabemos. El único tipo de dulcificante al que el cuerpo humano está adaptado, con base en sus miles de años de adaptación química y fisiológica, es el dulcificante natural, no refinado. La forma ideal de satisfacer su gusto por lo dulce es mascando caña de azúcar o remolacha (frutas). Los músculos de su maxilar se habrán cansado mucho antes de que el organismo engorde o se enferme, y el jugo de caña, o de remolacha, que se extrae de esta forma no puede hacer ningún daño (Los que cortan la caña de azúcar en todo el mundo, mastican caña mientras trabajan y nunca sufren de enfermedades causadas por el azúcar, como las que padecen los que consumen azúcar refinada). Pero si usted no vive cerca de un cañaveral, la melaza (miel de caña o chancaca, piloncillo o panela) es el producto más cercano de que se puede disponer y que casi no está refinado.
No se puede conseguir azúcar “cruda”, a menos que la quiera pasar de contrabando por la frontera. Lo que generalmente se vende como azúcar cruda es azúcar blanca refinada a la que se le agrega melaza. Olvídela. También e azúcar morena y todo el resto de las imitaciones.
La miel es un dulcificante excelente, si es pura y no está refinada. Un truco favorito de los productores de miel es agregarle azúcar refinada y agua a la miel. Eso no es bueno. Pero la miel sin adulterar y sin hervir, es un dulcificante excelente. Sin embargo, eso no quiere decir que sustituya los setenta y cinco kilos de miel. La idea es eliminar la mayor cantidad posible de azúcar de la dieta y los dulcificantes se deben usar según su propósito original, en muy pocas cantidades como las especias y saborizantes.
Pero, ¿en verdad tengo que dejar de tomar azúcar refinada?
Solamente si quiere ayudarse a sí mismo a evitar algunas de las siguientes enfermedades: diabetes, obesidad, ataques cardiacos, caries dentales, infecciones orales y vaginales, infecciones urinarias crónicas y ceguera total.
Veámoslo de la siguiente manera; si alguna compañía procesadora de alimentos usara un aditivo alimenticio que fuera peligroso solamente en la décima parte que lo es el azúcar refinada, la Dirección de Alimentos y Medicamentos lo prohibiría en menos de veinticuatro horas.
Piense en eso.

Harina Integral y composicion del Trigo

El grano del trigo se divide en tres partes principalmente:







Endospermo: es la parte de mayor tamaño (aproximadamente 83%) y está formada en su mayoría por almidón (carbohidrato) y algo de proteína.

Cascarilla o salvado: equivale al 14.5% del grano y contiene la mayor parte de fibra, vitaminas del complejo B y hierro.

Germen: representa el 2.5% del grano, es rica en ácidos grasos esenciales, Vitamina E, vitaminas del complejo B y minerales como el magnesio, zinc, potasio y manganeso.

Harina Integral

La harina integral se obtiene de la molienda del grano de trigo entero. Lo que se hace es simplemente triturar el grano para que sea comestible y formar una harina. La harina integral tiene un color café no homogéneo. Los productos más populares son pan, tortillas, galletas, pastas.

Por lo tanto, comer alimentos elaborados con harina integral aporta nutrimentos importantes para nuestro organismo como fibra, vitaminas del complejo B, vitamina E, ácidos grasos esenciales, hierro, magnesio, zinc, potasio, manganeso.

Otro beneficio es que estos alimentos tienen un índice glicémico bajo, es decir que una vez que se consumen se van integrando poco a poco al torrente sanguíneo lo que favorece una sensación de saciedad más prolongada y evita que haya exceso de insulina y/o glucosa circulante en la sangre.

Harina Refinada o Blanca

Por otro lado, para fabricar la harina refinada o harina blanca se remueve el salvado y el germen del grano y se muele únicamente el endospermo. Esto forma la harina blanca con la que se elabora el pan blanco, la harina para hotcakes, galletas, pastelería, tortillas y pastas.

La razón de la popularidad de la harina refinada es por tres factores:

1.Durabilidad: el germen es rico en ácidos grasos que se arrancian rápidamente. Al removerlo, la durabilidad de la harina se incrementa.
2.Apariencia: al remover el germen y el salvado se obtiene una harina de grano fino y color homogéneo.
3.Costos: es más redituable vender la harina refinada por un lado, obtener aceite del germen y vender el salvado por separado.
Por todo ello la industria alimenticia ha preferido elaborar la harina blanca y utilizarla en sus productos.

Pero, nutrimentalmente hablando, la harina blanca es casi puramente almidón, es decir un carbohidrato alto en calorías y pobre en micronutrientes y sin fibra.

Por si fuera poco, la harina blanca tienen un altísimo índice glicémico que desestabiliza los niveles de glucosa e insulina en sangre, generando episodios de hambre y antojos incontrolables y un daño almetabolismo a largo plazo.

Un verdadero producto integral debe tener como primer ingrediente: harina integral o harina de trigo entero.

Composición de la harina de trigo por cada 100 gr. :






¿Qué es el Gluten de Trigo?

Un grupo de proteínas que se encuentran en los granos de los cereales se conocen como glutelinas. Las glutelinas del trigo son llamadas de manera particular como GLUTENINAS (existen más de 15 tipos diferentes). Al mezclar las glutelinas con agua, formamos un masa de consistencia muy espesa (alta viscocidad), esta masa es llamada GLUTEN.

Gluten es una glucoproteína ergástica amorfa que se encuentra en la semilla de muchos cereales combinada con almidón. Representa un 80% de las proteínas del trigo y está compuesta de gliadina y glutenina. El gluten es responsable de la elasticidad[1] de la masa de harina, lo que permite que junto con la fermentación el pan obtenga volumen, así como la consistencia elástica y esponjosa de los panes y masas horneadas.





El gluten es una masa muy elástica de color crema muy claro, insipida y sin olor. Para que quede más claro que el gluten de trigo es el resultado de mezclar las proteínas del trigo con el agua.

Un grano de trigo contiene todos los nutrientes necesarios para poder dar vida a una nueva planta que básicamente necesita energía (almacenada como almidón) y proteínas para crecer.
Dentro de un grano de trigo, debajo de la cascarilla (el salvado) y del germen, en la parte interior del núcleo del grano de trigo se encuentran almacenadas las proteínas y el almidón. La cantidad de almidón que hay es mucho mayor a la cantidad de proteínas (10:1).
Cuando se muelen los granos de trigo para elaborar harina se liberan esas proteínas junto con el almidón. Aunque la cantidad de proteínas es muy pequeña su efecto es muy evidente.

El Gluten de Trigo está formado por:

•45% Proteínas
•20% Hidratos de Carbono
•20% Agua
•10% Grasas
•5% Minerales


Procedimiento para hacer gluten en casa

1.Coloque la harina en una palangana grande, agregue el agua necesaria para formar una masa similar a la del pan.
2.Depués de amasar como si fuera a hacer pan, déjela en la misma bandeja, cúbrala de agua y déjela reposar 5 a 6 hrs. Si se amasa en la noche, déjelo reposar hasta la mañana siguiente.
3.Después del reposo, lave la masa como si se estuviera amasando. Cuando el agua se convierta en blanca, tire el agua y agregue agua limpia
4.Repita el mismo procedimiento hasta que el agua quede limpia. Vuelva a cubrir la masa con agua limpia y deje reposar durante 1 ó 2 hrs, hasta que tome consistencia. Tenga cuidado de no tirar trozos de gluten cuando lave la masa, esto mermaría mucho el producto final.

Finalmente, veinte minutos antes de que termine el tiempo de reposo, prepare el caldo de cocción colocando en una olla todos los ingredientes a fuego lento, cuando suelte el hervor agregue el bistec de gluten, prepárelo así: después del reposo sáquelo del agua, córtelo en trozos y extienda con un rodillo para darle la forma del bistec. Deje cocer a fuego lento durante 20 minutos, escurra y prepárelo a su gusto.







Cocina Vegetariana: Preparacion del gluten y como hacer germinados from semenessemilla on Vimeo.

Glucosa y Diabetes

Que es la Glucosa ?

La glucosa o dexrtrosa, es un azúcar o hidrato de carbono elemental a partir del cual el organismo obtiene energía de rápida utilización. Es muy abundante en muchas frutas, entre las cuales se destaca, por ejemplo, la uva. Y justamente por ello, suele hablarse de la glucosa como de azúcar de uva. La glucosa también está presente en las hortalizas, las especias y en los alimentos dulces elaborados con sacarosa o azúcar común (compuesto por unidades simples de glucosa y fructosa), esta tambien presente en las harinas y grasas.

Si bien el cuerpo obtiene la glucosa de los alimentos anteriormente mencionados, también durante la digestión, es capaz de obtenerla a partir de otros hidratos de carbono con estructuras mucho más complejas como lo es el almidón, que está presente en cereales y derivados, como las papas y las legumbres.
Una parte de la glucosa obtenida por el organismo se emplea directamente como fuente de energía y para la producción de sustancias necesarias para que la célula realice sus funciones. Mientras que otra parte queda almacenada en forma de grasa y de glucógeno (un polímero de glucosa) en el hígado y los músculos.
Ahora bien, ¿por qué es tan importante entender qué es la glucosa? La respuesta está, en que es uno de los términos indispensables al momento de entender qué es la diabetes. Esta enfermedad, surge cuando el cuerpo no es capaz de producir los niveles óptimos de insulina en el cuerpo, o no la puede usar correctamente. La función de la insulina (hormona producida por el páncreas) es la de hacer que la glucosa entre a las células y pueda ser usada como fuente de energía. Al tener diabetes y faltar insulina en el cuerpo, lo que sucede es que la glucosa no puede ingresar a las células y se acumula en el cuerpo siendo esto perjudicial para la salud, llevando a consecuencias cardíacas, enfermedades en los nervios y riñones.
Es por esta razón que los diabéticos deben cuidar enormemente los niveles de glucosa o azúcar que hay en su sangre, éstos no pueden ser muy altos. Razón por la que hay que recurrir a tratamientos y a una dieta que no contenga grandes cantidades de alimentos ricos en glucosa.

Que es la Insulina?

Es una hormona que controla la cantidad de glucosa en el cuerpo.
Permite que las celulas usen la Glucosa para producir energía
Almacena la Glucosa extra en las celulas de los tejidos grasos, de los músculos y el
hígado para usarlo mas tarde.

Sin la Insulina que sucede ?

El cuerpo no puede usar ni almacenar Glucosa
La Glucosa se acumula en la sangre, causando un aumento de la misma
El nivel normal de Glucosa es de 80 a 120 mlg.


Que es la Diabetes?

Es la Glucosa alta en la sangre y sucede por las siguientes razones:
- El cuerpo no produce suficiente Insulina
- El cuerpo no usa correctamente la Insulina que produce

Los síntomas ?

Cuando sube la glucosa de tu sangre, tus riñones tratan de sacarla por medio de la orina, ocasionándote muchos deseos de orinar. Esto hace que pierdas mucha agua, por lo que te da mucha sed y te deshidratas.

Por otra parte, como las células de tu cuerpo no pueden usar el combustible proveniente de la glucosa que está en la sangre, te falta energía y te sientes cansado(a). Además, te da mucha hambre porque tus células sienten que no tienen combustible. Al pasar esto, tus células te mandan señales de hambre para que comas más, lo cual hace que te suba más la glucosa de la sangre.

Sin embargo, por más que comas, tu glucosa de la sangre sigue subiendo y tus células no tienen combustible, lo que puede ocasionar que bajes de peso, ya que tus células consumen sus reservas tratando de obtener energía. De aquí es que surgen los síntomas que aparecen cuando sube la glucosa de la sangre, los cuales son:

•Poliuria: mucha orina
•Polidipsia: mucha sed
•Polifagia: mucha hambre
•Cansancio
•Pérdida de peso

Todo lo que ocurre cuando sube la glucosa en la sangre puede poner en peligro tu salud y ocasionar, en casos extremos, lo que se llama un “coma diabético”. Por eso, ante cualquier señal de alarma, debes medir tu glucosa de la sangre y consultarle a tu equipo de salud de inmediato.

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Algunas Cifras sobre el azucar

El azúcar es la principal fuente de energía del organismo. Se “quema” para que nosotros podamos pensar, movernos, respirar, correr. Pero, ¿qué pasa si consumimos más azúcar del que necesitamos “quemar” para cumplir todas nuestras funciones? Pues ésta se transforma en grasa y es almacenada en el organismo para usarla después. Solo que a veces ese “después” nunca llega, pues se sigue consumiendo en exceso

¿Cómo sabemos cuando es “mucha” azúcar?

Aquí una referencia: En promedio, una persona adulta de 1.68 mts y 65 Kg de peso necesita alrededor de 2500 kilocalorías diarias, de las cuales sólo el 10% debería provenir de los azúcares simples, es decir, el azúcar que sabe dulce (pues el pan y la papa también son un tipo de azúcares pero más complejos).

Ese 10% significa que no se debería consumir más de 55 gramos de azúcar al día en el caso de las mujeres adultas, y alrededor de 60 gramos como límite máximo para los hombres. Cada cucharita que agregamos al café o a la leche contiene 5 gramos de azúcar

El consumo de azúcar y sus consecuencias en la salud humana

El consumo de azúcar blanca refinado, ya sea en forma directa o bien a través de platos elaborados con éste, en repostería, caramelos, helados, galletitas, tortas, facturas, mermeladas, chocolate, gaseosas y otros tipo de bebidas azucaradas, afectan la salud psico-física de los seres humanos.
En el Libro Sugar Blues, escrito por William Dufty, de Editorial Gea, el autor explica cómo el consumo de azúcar está implicado en un síntoma al que denominó Sugar Blues (enfermedad del azúcar, o síntoma de melancolía y depresión generada por su consumo).

Cómo el azúcar afecta al sistema nervioso


Las enfermedades del sistema nervioso afectan a muchas personas en la actualidad. El consumo de azúcar está íntimamente relacionado con ello. Cuando una persona padece depresión, ataque de pánico o algún tipo de psicosis, puede comprobarse, en general, que su dieta consta de una gran cantidad de azúcar refinado.
Un cambio de alimentación, prescindiendo de alimentos que pueden ser nocivos para la salud, genera cambios en el comportamiento psicológico y muchas veces ayuda en la resolución del conflicto tanto psíquico como físico.
La abstinencia de azúcar blanca refinada y el agregado de alimentos que contienen carbohidratos de otra calidad, modifica la química interna, ayudando a mejorar la condición emocional, anímica.

Suele ocurrir que los síntomas de ansiedad o perturbación emocional estén íntimamente relacionados con un desequilibrio de la glucosa en sangre, debido, justamente, al consumo de sacarosa o azúcar refinada.

Cuando se habla de necesidad de azúcar en el torrente sanguíneo se refiere esto a la necesidad de glucosa sanguínea.
La glucosa es un azúcar que se encuentra generalmente con otros azúcares en frutas y verduras. Es un material clave en el metabolismo de todas las plantas y animales. Muchos de nuestros alimentos principales se convierten en glucosa en nuestros cuerpos. La glucosa está siempre presente en nuestro flujo sanguíneo y a menudo se la llama azúcar sanguínea y de ella se alimentan las células del organismo.
El azúcar de las frutas se llama fructuosa, el de la malta, se denomina maltosa, el azúcar de la leche se llama lactosa, y el azúcar refinada de caña o de remolacha, se llama sacarosa.
La glucosa ha sido siempre un elemento esencial en la sangre humana.
La dependencia de la sacarosa es algo nuevo en la historia del ser humano. Cuando se dice que es importante el azúcar como componente esencial del cuerpo humano y la importancia que tiene éste como fuente de energía y su metabolización para producir calor, se está hablando de la glucosa, que nuestro propio cuerpo fabrica.

Los médicos y nutricionistas no hablan comúnmente acerca de la alteración emocional que es generada por el descenso de la glucosa en sangre.
Pero hay investigaciones que demuestran cómo el dejar el azúcar blanco y todas sus preparaciones, ayuda en el sentido de equilibrar la condición psicológica de la persona.

Según William Dufty:


“En la antigüedad los médicos árabes y judíos consideraban al azúcar como un agitador cerebral.
Hoy los especialistas en endocrinología explican como ocurre esto:
El cerebro es el órgano más sensible del cuerpo. La diferencia entre sentirse animado o decaído, consciente o insano, calmo o irritado, inspirado o deprimido depende en gran medida de lo que llevamos a la boca.
Para la máxima eficacia de todo el cuerpo, del cual el cerebro es meramente una parte, la cantidad de glucosa sanguínea debe estar en equilibrio con la cantidad de oxígeno sanguíneo.
Tal como el Dr. E.M. Abrahamson y A.W. Pezet indican en Body, Mind and Sugar: “Cuando el nivel de azúcar en la sangre es relativamente bajo, tiende a desvitalizar las células del cuerpo, especialmente las células cerebrales.
Esto se trata con una dieta.

¿Qué nos sucede cuando las células de nuestro cuerpo, especialmente de nuestro cerebro están crónicamente desnutridas?
Las células más débiles y más vulnerables son las primeras afectadas. Cuando todo funciona bien, este equilibrio se mantiene con mucha precisión bajo la vigilancia de nuestras glándulas adrenales.
Cuando tomamos azúcar refinada (sacarosa), se convierte rápidamente en glucosa, por lo que escapa en gran medida al proceso químico en nuestro cuerpo.

La sacarosa pasa directamente a los intestinos, donde se convierte en glucosa predigerida. Esa a su vez es absorbida por la sangre, donde el nivel de glucosa ha sido ya establecido en un equilibrio preciso con el oxígeno. De esta forma el nivel de glucosa de la sangre aumenta drásticamente. Se destruye el equilibrio y el cuerpo está en crisis.
El cerebro es el primero en registrarlo. Las hormonas fluyen de las cápsulas adrenales y acaparan todo recurso químico para enfrentarse al azúcar: la insulina de los islotes endocrinos del páncreas trabaja específicamente para retener el nivel de glucosa en la sangre en una función antagónico-complementaria a las hormonas de adrenalina que elevan el nivel de glucosa. Todo esto ocurre a un ritmo de emergencia con resultados predecibles. Demasiado rápidamente se va demasiado lejos. Desciende el nivel de glucosa de la sangre y aparece una segunda crisis como consecuencia de la primera. Los islotes pancreáticos tienen que cerrarse; lo mismo tienen que hacer algunas partes de las cápsulas de adrenalina. Deben producirse otras hormonas de adrenalina para regular el reverso de la dirección química y elevar nuevamente el nivel de glucosa de la sangre.”

“Todo esto se refleja en la forma como nos sentimos. Mientras la glucosa es absorbida por la sangre, nos sentimos animados.
Sin embargo, a este impulso energético sucede una depresión, cuando la glucosa comienza a bajar, nos sentimos inquietos, cansados, necesitamos hacer un esfuerzo para movernos o incluso pensar, hasta que se eleva de nuevo el nivel de glucosa. Podemos estar irritables, un manojo de nervios, alterados. Si continuamos consumiendo azúcar una nueva crisis empieza antes de terminarse la anterior.
Tras varios años con días así, el resultado final son glándulas adrenales enfermas. La producción de hormonas en general es baja, las cantidades no se amoldan. La alteración funcional, desequilibrada, se refleja en todo el circuito endocrino. Muy pronto el cerebro puede encontrarse en dificultades para distinguir lo real de lo irreal. Cuando el estrés se interpone en el proceso, nos desmoronamos porque no tenemos ya un sistema endocrino sano para enfrentar cualquier contingencia. Día a día nos encontramos con una falta de eficacia, siempre cansados, nada logramos hacer. Realmente sufrimos de la enfermedad SUGAR BLUES.
Miembros de la profesión médica que han estudiado esta situación notan que “puesto que las células cerebrales dependen totalmente de la tasa de azúcar en la sangre en cada momento para alimentarse, son quizá las más susceptibles de sufrir daños.”

“Hoy los pioneros de la psiquiatría ortomolecular, los doctores A.Holfer, Allan Cott, y A. Cherkin, así como el Dr. Pauling, han confirmado que la demencia mental es un mito y que las perturbaciones emocionales pueden ser meramente el primer síntoma de una evidente incapacidad del sistema humano para sobrellevar el impacto de la dependencia al azúcar.
La investigación clínica de niños hiperactivos y psicóticos y de otros con lesiones cerebrales e inhabilidad para aprender, indica: Una familia cuyo historial de diabetes es anormalmente elevado (significando que tanto padres y abuelos no pueden soportar el azúcar), una desusada alta incidencia de baja glucosa sanguínea o hipoglucemia funcional en los mismos niños, indican que sus sistemas no pueden procesar el azúcar; y una dependencia por un alto nivel de azúcar en las dietas de los propios niños que no pueden asimilar.
Los estudios del historial diario de los pacientes diagnosticados como esquizofrénicos, revelan que la dieta por ellos elegida es rica en dulces, azúcar, pasteles, café, bebidas cafeínadas y comidas preparadas con azúcar. Estos alimentos que estimulan la adrenalina deben ser eliminados o severamente restringidos. (Enfoque ortomolecular al tratamiento de la incapacidad del educando) sinopsis del artículo reproducido por el Instituto Hexley, para la investigación Biosocial, Nueva York.
En la década de 1940 el doctor John Tintera volvió a descubrir la importancia vital del sistema endocrino, especialmente las glándulas adrenales en la mentalidad patológica o enfermedad mental.
Tintera publicó varios informes médicos, cruciales en su época. Una y otra vez enfatizaba que la mejora, alivio, o cura dependía del restablecimiento de la función normal del organismo total. Su primera prescripción era la dieta. Estableció una prohibición permanente y tenaz contra el azúcar, en todas sus formas y aspectos.”


El azúcar y otras enfermedades


El azúcar refinado solo proporciona al ser humano, lo que los especialistas en nutrición describen como calorías vacías o desnudas.
Por otro lado el azúcar drena y extrae las preciosas vitaminas y minerales del cuerpo, por las demandas que su digestión, desintoxicación y metabolismo producen sobre el organismo.
Muchas de las enfermedades de la época, tales como cáncer, diabetes, hipotiroidismo, sida, afecciones circulatorias, anemia, remoción de útero, osteoporosis, hipertensión, hipercolesterolemia, artritis reumatoidea, artrosis, reuma y las afecciones propias del sistema nervioso, como esclerosis múltiple, depresión, insomnio, ataque de pánico, tienen que ver con el consumo de azúcar blanco o sacarosa.

El azúcar y la pérdida de minerales, como calcio, fósforo, magnesio, zinc, yodo, hierro

Si se consume azúcar diariamente, se produce continuamente una condición excesivamente ácida en el organismo y se necesitan cada vez más minerales de lo profundo del cuerpo para tratar de rectificar el desequilibrio. Finalmente, con objeto de proteger la sangre, el organismo extrae tanto calcio de los huesos y dientes qué estos empiezan a cariarse sobreviniendo una debilidad general.

La ingesta de azúcar genera un estado de acidificación sanguínea.

Como la sangre en sus estado normal es alcalina, al consumir este alimento, el organismo en la búsqueda de su equilibrio natural, quiere volver a su estado de alcalinidad, para ello recurre a las reservas naturales del cuerpo, usando los minerales almacenados que son alcalinos, tales como el hierro de la sangre, magnesio y zinc de las células cerebrales, yodo de la tiroides, minerales del cuerpo en general.
La anemia tiene que ver con la falta de hierro, el hipotiroidismo con la de yodo, la depresión con la falta de magnesio y zinc.
En general esta pérdida de minerales va debilitando la condición general del ser humano, bajando su sistema inmunológico y haciéndolo propenso a las enfermedades que hoy afectan a la civilización, mencionadas anteriormente.

En su libro “Sugar Blues”, William Dufty continúa diciendo:

“A la larga todo exceso de azúcar afecta a todos los órganos del cuerpo. Al principio se almacena en el hígado en forma de glucosa (glicógeno). Puesto que la capacidad del hígado es limitada, un consumo diario de azúcar refinada, hace que el hígado pronto se hinche como un globo. Cuando el hígado está abarrotado en su capacidad máxima, el exceso de glicógeno retorna, a la sangre en forma de ácidos grasos.
Estos son transportados a todas las partes del cuerpo y almacenados en áreas menos activas, el vientre, las nalgas, las mamas y los muslos.
Cuando estas áreas relativamente inofensivas están repletas, los ácidos grasos se distribuyen entonces, entre los órganos activos, como el corazón y los riñones. Estos órganos empiezan a disminuir su función. Finalmente sus tejidos degeneran y se convierten en grasas.
El cuerpo entero queda afectado, con su capacidad reducida, creando una presión sanguínea anormal.
El azúcar refinado carece de minerales naturales (los cuales sin embargo se encuentran en la remolacha y la caña de azúcar).
Nuestro sistema nervioso parasimpático queda afectado y los órganos que éste gobierna, tales como el cerebelo, se vuelven inactivos o se paralizan (raramente se piensa que la función del cerebro es tan biológica como la digestión). Los sistemas circulatorio y linfático son invadidos y la calidad de los glóbulos rojos empieza a cambiar.
La clave para un funcionamiento ordenado del cerebro es el ácido glutámico, un compuesto vital que se encuentra en muchas verduras. Las vitaminas B tienen un papel muy importante en la división del ácido glutámico, en compuestos antagónicos-complementarios que producen una orden de proceder o de controlar en el cerebro. Cuando se toma azúcar refinada cada día, disminuye la reserva de Vitamina B, causando adormecimiento, haciéndonos perder nuestra capacidad de calcular y memorizar.”


El azúcar y la baja de energía, desconcentración, sueño

Existen en la Naturaleza alimentos que aportan energía y otros que la quitan.
El azúcar blanco refinado la quita.

Cuando se habla de azúcares que aportan energía, esto se refiere a carbohidratos complejos, tales como los cereales integrales (arroz integral, mijo, cebada perlada, avena, trigo, maíz, centeno).
Estos carbohidratos complejos aportan azúcares de una calidad diferente a la de los carbohidratos simples (azúcar refinado o sacarosa, harinas blancas, arroz blanco, pastas de harinas blancas en general).

Cuando se consumen carbohidratos simples se genera una combustión rápida de azúcar en la sangre, es decir de glucosa.
Lo que ocurre es como el fuego de un pajar, se enciende con fuerza y con esa misma fuerza que se encendió, se apaga.
Por eso cuando se consume este tipo de alimentos, se tiene energía en un momento, pero luego ésta desaparece y erróneamente se busca consumir “algo dulce”, que en general es un alimento similar, para volver a tener energía.
El resultado es sensación de sueño, pesadez, dispersión mental, sensación de fatiga, falta de memoria, tristeza, abulia.

El organismo tiene que realizar un gran esfuerzo para pasar de un estado de hiper-acidez, producido por el consumo de azúcar blanco, a un estado de alcalinidad, que es su estado natural.
Para pasar de un estado de acidez sanguínea a otro de alcalinidad, la misma sangre tiene que sacar minerales (que son alcalinos), de la reserva corporal y establecer de esta manera un equilibrio.
Todo este proceso implica un gran esfuerzo orgánico, por lo que la energía disponible para estar despierto, atento, sensitivo, lúcido, es poca o ninguna.
Por otro lado el azúcar es un alimento que enfría al organismo y lo expande de forma mucho mayor que cualquier otro alimento, por lo que éste, tiene que hacer mucho esfuerzo para contrarrestar lo que el azúcar genera y volver a un estado natural de temperatura. Esto genera un gran esfuerzo a todos los órganos y funciones corporales, porque también al ingerir azúcar, se busca contrarrestar ingiriendo grasas y proteínas.
Se produce un círculo vicioso de necesidad de azúcar y grasas, ambas invitan cada una a la otra.

El azúcar y la hiperactividad en niños

El trastorno por déficit de atención con o sin hiperactividad (TDAH), es una disfunción que se inicia en la infancia y se caracteriza por dificultades para mantener la atención, hiperactividad o exceso de movimiento e impulsividad o dificultades en el control de los impulsos. El exceso en el consumo de bebidas colas, golosinas, repostería en general, está íntimamente relacionado con ello, además del exceso en el uso de computadoras y televisión.

Azúcares de buena calidad

Cuando se consumen otros tipos de azúcares, como la de los carbohidratos de los cereales integrales, la fructuosa de las frutas y los sabores dulces de verduras, se produce una combustión lenta de glucosa sanguínea y sus niveles están equilibrados en la sangre, evitando de esta manera todas las perturbaciones antes mencionadas.
Es ideal el consumo de arroz integral, cebada perlada, avena, polenta de maíz, trigo integral.
Todos estos cereales al cocinarlos solos o bien en preparaciones junto a verduras o frutas, aportan un sabor dulce.
La mezcla de arroz integral con harina integral, produce un sabor dulce de por sí, sin necesidad de agregar ningún tipo de edulcorante (ver receta al final de bollitos de arroz integral con harina integral).

Entre las frutas, las ideales de consumir son la pera y manzana, que contienen menos cantidad de azúcar que el resto de las frutas. Al cocinarlas potencian su dulzor y pueden servir de edulcorante para otras preparaciones, o bien pueden utilizarse como mermeladas para acompañar panes, galletas o rellenar panqueques (ver recetas al final).

Las verduras dulces, como zapallo, zanahoria, cebolla, nabo, repollo, coliflor, aportan un sabor dulce que equilibran el funcionamiento del páncreas, estómago e hígado, evitando la necesidad de consumir dulces de mala calidad.
Es notable cómo a partir de consumir dichas verduras, frutas como manzanas y/o peras cocidas, cereales integrales y porotos, la necesidad de consumir azúcar, ya sea refinado o bien integral o miel, disminuye.

Todos estos alimentos mencionados anteriormente aportan energía duradera, se produce una combustión lenta de azúcar en la sangre (glucosa) y no aparecen los estados de hipoglucemia, que se caracterizan por sensación descontrolada de hambre, de cansancio, sueño, desgano.

Es muy común también que frente a esta falta de energía o sensación hipoglucemiante se busque la energía o la necesidad de “despertarse”, con café, té negro, hierba mate o bien consumiendo carnes, para sentir la aparente fuerza que estos alimentos generan. En la medida que se cambie la alimentación y se suplanten estos alimentos por otros integrales, hay mayor fuerza, vigor, la energía es genuina, no viene de afuera a partir del consumo de excitantes, la atención y capacidad de concentración aumenta y hay mayor lucidez.

El azúcar y la hipoglucemia

La hipoglucemia o baja de glucosa en la sangre puede generar estados de depresión y ansiedad, por eso se recomienda no pasar muchas horas sin ingerir algún tipo de alimento.

Mucha gente almuerza y puede estar hasta las 10 de la noche sin tomar bocado. Luego come abundante cantidad de comida y se va a dormir. Pero esas horas en que no comió, generaron un desequilibrio de la glucosa, por lo que ésta se encuentra baja en el sangre, lo cual puede traducirse en estados de angustia, ansiedad, insomnio.
Se recomienda hacer en esos casos, ingestas pequeñas, de algún alimento dulce durante el día o que de sensación de saciedad, sin necesidad de que sea azúcar o que contenga azúcar.

Se puede recurrir a una fruta, a pasas de uva, un pancito de harina integral, un bollito de arroz integral con pasas de uva y manzanas, un pancito con puré de zapallo. Si estuviera en su casa, un jugo hecho en procesadora, de manzana verde y zanahoria o pera y zanahoria ó remolacha, manzana verde y zanahoria.

Para que una persona se encuentre en un estado aproximado de equilibrio tanto físico como emocional es necesario tener en cuenta la química del cuerpo. Si la química está nivelada, las emociones, el ánimo, la capacidad de ver y la claridad mental también se nivelan.

Según Michio Kushi, profesor en Medicina Oriental, director del “Instituto Kushi, en Boston:
“A menudo el antojo por dulces es debido a la baja de azúcar sanguínea o hipoglucemia. Hoy en día es una condición muy difundida; tanto como el 60% de los estadounidenses adultos la experimentan en diferentes gradaciones. Esta condición produce fuertes antojos por dulces, junto con altibajos de talante que incluyen depresión y ansiedad.
A menudo estos síntomas se agudizan en la tarde o noche.
La causa principal de hipoglucemia es el consumo crónico y excesivo de alimentos como pollo, queso, huevos y mariscos. Estos artículos endurecen el páncreas, interfiriendo con la secreción de glucagon, o anti-insulina, la hormona pancreática que hace subir el azúcar sanguínea. Evitar estos alimentos y comer más carbohidratos complejos, tales como cereales integrales, porotos, verduras y algas, ayuda a resolver este problema. Muchos de ellos tienen un sabor dulce natural y este sabor se intensifica con la cocción. Al mismo tiempo puede tomarse la siguiente bebida para aliviar la hipoglucemia y restablecer las funciones normales del páncreas:
½ taza de zanahorias en cubitos
½ taza de cebolla en cubitos
½ taza de zapallo en tajadas muy finas
½ taza de repollo en tajadas muy finas
2 litros de agua. Poner todo en una cacerola grande, tapar y hervir. Reducir a mínimo y hervir 10 a 15 minutos. Colar en malla fina y tomar 1ó2 tazas por día.”

El azúcar y la acidez estomacal

La sensación de acidez estomacal es un síntoma muy común.
Está asociada al consumo de azúcar y carbohidratos simples en general (harinas, alimentos azucarados, arroz blanco, pastas de harinas blancas o exceso en el consumo de cualquier tipo de harinas, grasas). Todos alimentos acidificantes, que a su vez acidifican la sangre. El cambio por una dieta alcalinizante con la incorporación de frutas y verduras en mayor proporción que otro tipo de alimentos y el consumir cereales integrales y legumbres, masticando cada bocado hasta licuarlo antes de tragarlo, genera cambios muy importantes.
La masticación es fundamental para evitar la acidez estomacal, ya que la saliva en contacto con el alimento, permite a través de una enzima, llamada ptialina, evitar la irritación de las mucosas gástricas.

El azúcar es un alimento muy acidificante, lo mismo que las grasas y las harinas en general.
La ingesta de grasas animales (lácteos, quesos, pollo, carnes,) invita a ingerir azúcares, por un proceso de compensación. A mayor cantidad de grasa, alimento contractivo y que produce calor, mayor necesidad de azúcar alimento expansivo, que produce frío.
Para evitar la acidez se debería prescindir o disminuir el consumo de estos alimentos.

El azúcar y la diabetes

William Dufty, en su libro Sugar Blues, hace una acotación interesante en relación a la diabetes:

“Los historiadores médicos llegan a la conclusión de que lo que llaman diabetes, ha existido durante más de tres mil años. Los egipcios no tenían sacarosa refinada, pero si tenían miel en abundancia, así como el azúcar natural de dátiles. Los dulces se hacían endulzando una pasta con miel y dátiles. Los azúcares de dátil y miel son alimentos integrales, pero solo puede uno tomar cierta cantidad sin ponerse enfermo. Durante el siglo XIX nos dice la Historia Médica que la incidencia de diabetes, parecía aumentar y ser mayor que en tiempos antiguos.
En 1880 el ciudadano danés medio consumía más de 15 kilos de azúcar refinado al año, en ese año la tasa de diabetes era de 1,8 por 100.000. En 1911, el consumo se había más que duplicado: unos 41 kilos anuales, la tasa de muertes por diabetes registrada era de 8 por 100.000. En 1934, el consumo danés de azúcar era de 56 kilos por persona y la tasa de mortalidad por diabetes era de 18,9 por 100.000.
Antes de la 2° guerra mundial, Dinamarca era el país que consumía más azúcar de Europa. En Dinamarca una persona de cada cinco sufre de cáncer.”

El azúcar y la osteoporosis

En general hay una preocupación muy grande respecto a cómo hacer para incorporar calcio y evitar la osteoporosis, llevando una dieta con poco consumo de lácteos.
En verdad más que preocuparnos por cómo incorporar calcio habría que entender cómo hacer para que éste no se pierda en el organismo.

El calcio al igual que otros minerales, son extraídos de las reservas de minerales del cuerpo, en ese mecanismo natural de homeostasis que la sangre lleva adelante tratando de transformar la acidificación que se genera a partir del consumo de azúcares, harinas refinadas, químicos en general, lácteos industrializados y excesos de grasas saturadas, en alcalinidad.
Cuanto más azúcar se ingiere más calcio desaparece de los huesos y dientes. (Ver Boletín sobre osteoporosis).

Por qué es tan difícil prescindir del azúcar

El sabor dulce es el primero que entra en contacto con el ser humano. La leche materna tiene sabor dulce.
A la mamadera con leche también se le agrega azúcar y la leche de vaca es en sí dulce. Cuando el bebé llora se lo pone al pecho de la madre o a la mamadera.
De manera que a lo largo de la vida, el sabor dulce se asocia con la posibilidad de serenar, dar contención y tranquilidad.
Por eso, a través de nuestro crecimiento y desarrollo seguimos buscando ese sabor dulce, queriendo encontrar por medio de él, afecto, contención.
El consumir alimentos dulces genera en el momento sensación de tranquilidad, la adrenalina disminuye. No obstante, como vimos anteriormente, ésta se potencia al cabo de un rato y se sigue buscando más azúcar para contrarrestarla, en un interminable círculo vicioso.

Para una persona adulta es más fácil dejar las carnes, el alcohol, que el azúcar.
Pareciera ser que los dulces son de las cosas más gratificantes para el ser humano, uno de los máximos placeres.
Cuánto más placer buscamos es porque más dolor sentimos.

El consumo de azúcar aumenta cada año, se considera que cada persona consume aproximadamente entre 50 a 70 kilos de azúcar al año, esto es paralelo al crecimiento de la ansiedad y el estrés.

Por qué cuando uno se alimenta bien disminuye la necesidad de dulces

Cuando en la alimentación cotidiana, se eliminan el exceso de grasas, la necesidad de azúcar disminuye. Lo mismo ocurre cuando se evita o limita el consumo de excitantes tales como café, hierba mate, té negro y gaseosas. Esto implica que disminuya la producción de adrenalina, que genera ansiedad; por lo tanto no es necesario buscar tranquilizarse con alimentos azucarados.

Por otro lado al consumir productos orgánicos, sin químicos, el hígado, estómago y páncreas se equilibran.
Estos órganos necesitan carbohidratos para nutrirse. Muchas veces nos pasa que cuando estamos mal del hígado al consumir un trozo de pan o algo dulce, éste se tranquiliza. Pero si el pan o el dulce no son de buena calidad, el hígado se sigue cargando y el malestar se convierte en crónico. En cambio si utilizamos dulces de otra calidad o harinas de otra calidad, equilibramos el funcionamiento del hígado y de órganos como el páncreas y estómago que también necesitan del sabor dulce.

Al alimentarse con alimentos integrales, tales como cereales, legumbres, verduras y frutas, los órganos funcionan adecuadamente y no piden tanta azúcar.

Cómo dulcificar sin azúcar

Es posible endulzar postres y sacar el sabor dulce de los alimentos sin necesidad de usar azúcar blanco, ni edulcorantes artificiales, que contienen Aspartame y sacarina, que tanto daño generan en la salud mental y física de las personas. (Ver boletín sobre el Aspartame).

El azúcar natural de caña o azúcar rubia es un alimento integral, que contiene los minerales propios de la caña de azúcar. La miel de abeja también contiene minerales y ambos no son alimentos desnaturalizados como el azúcar común o los edulcorantes artificiales. No obstante su combustión es bastante rápida en el organismo, por lo que su consumo debe ser moderado, aunque siempre es mejor que la sacarosa en sí.
Existen en le mercado miel de cereales, como miel de arroz integral o de cebada, o de maíz, llamada también fructuosa de maíz. Incluso existen mermeladas endulzadas con fructuosa de maíz, que se consiguen en dietéticas.

Frutas como la manzana, la pera y la uva, la banana y las frutas secas (ciruelas, orejones de durazno, pasas de uva) son edulcorantes naturales que pueden ser utilizados en postres o diferentes comidas. Vale decir que las frutas secas, concentran mucha cantidad de azúcar y su consumo debe ser moderado, para evitar la pérdida de minerales en el organismo.
Hoy en dietéticas se puede conseguir la llamada Hierba Dulce o Stevia, que tiene un sabor dulce y se utiliza como edulcorante, sin tener las contraindicaciones del azúcar.
Cuando se le pone azúcar a las infusiones, éstas pierden su valor terapéutico. Es bueno aprender a beberlas en forma natural.